Un País que se llama El Cielo
Lección 6
Querido amigo(a):
Usted y yo, como amigos, hemos aprendido juntos muchas cosas maravillosas de la Palabra de Dios.
Esta lección se trata de la salvación y las recompensas. Queremos comprender claramente lo que la Palabra de Dios dice en cuanto a cómo somos salvos. También aprenderemos de las maravillosas recompensas que podemos ganar después de ser salvos. Pero primero, ¿me permite hacerle una pregunta personal?
Es la pregunta más importante en la vida. Y es tan personal que sólo usted puede contestarla.
Esta es la pregunta: ¿Cómo está la relación entre usted y Dios?
Permítame hacerle la pregunta de otra manera. ¿Si usted muriera hoy mismo y se presentara delante de Dios, y Él le preguntara: “¿Por qué crees que debo dejarte entrar al cielo?”, ¿qué respondería?
Quizás usted respondería: “No he sido demasiado malo. He sido tan bueno como la mayoría”.
O tal vez diría: “Siempre asistí a la iglesia”. O posiblemente contestaría: “Hice muchas obras de caridad para otras personas”.
¿Qué diría usted?
Si cree que contestaría algo como las respuestas de arriba, estaría cometiendo un grave error.
¿Por qué? ¿Acaso no son cosas buenas?
Sí, son cosas buenas, pero la Biblia dice que nadie podrá entrar jamás al cielo por hacer buenas obras. No importa cuánto nos esforcemos, no podemos ser suficientemente buenos para salvarnos a nosotros mismos.
- Tener padres cristianos no salva.
- Asistir a la iglesia no salva.
- Hacer buenas obras no salva.
- Ofrendar dinero a la iglesia no salva.
- Intentar guardar los Diez Mandamientos no salva.
- Bautizarse y ser miembro de una iglesia no salva.
Estas son cosas buenas, pero la Biblia dice: “El hombre no es justificado por las obras de la ley” (Gálatas 2:16).
¿Cómo somos salvos?
Somos salvos por la gracia de Dios y no por nuestras buenas obras. La Biblia dice:
“Porque por GRACIA sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; NO POR OBRAS, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
¿Qué es la gracia? La gracia es algo que Dios hace por nosotros porque nos ama. Como Dios nos ama, y desea que seamos salvos, ha provisto una maravillosa salvación para nosotros.
A continuación usted va a leer una de las declaraciones más asombrosas del mundo:
¡La vida eterna es un regalo gratuito!
Así es—es un regalo gratuito. La vida eterna en el cielo es lo más maravilloso que una persona podría tener, y sin embargo, de acuerdo a la Palabra de Dios es gratuita. La Biblia dice:
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva [el regalo] de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
¿Cuánto tiempo tarda uno en recibir un regalo? Sólo toma un momento. Cuando alguien le ofrece un regalo, usted lo toma y llega a ser suyo. No tiene que trabajar para ganarse el regalo, tampoco tiene que pagarlo. Lo único que tiene que hacer es recibirlo, y es suyo.
Quizás pregunte: “¿Cómo puedo recibir el regalo de la vida eterna?”
Usted recibe el regalo de la vida eterna cuando recibe al Señor Jesús como su Salvador. La vida eterna es a través de la Persona del Señor Jesucristo. Cuando usted lo recibe, tiene vida eterna. La Biblia dice:
"Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida” (1 Juan 5:11-12).
¿Cómo puedo saber que soy salvo?
Usted podría preguntar: “¿Realmente es posible saber con seguridad que iré al cielo cuando yo muera?”
¡Claro que sí! Si usted tiene a Cristo, tiene vida eterna. Usted puede saber que tiene vida eterna porque Dios lo dice en Su Palabra. La Biblia dice:
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
Si Dios le preguntara: “¿Por qué crees que debo dejarte entrar al cielo?”, usted respondería: “porque Jesucristo es mi Salvador. El murió por mis pecados. Tu Palabra dice que tengo vida eterna”.
Recuerde, la salvación es un regalo. Usted recibe la vida eterna como un regalo cuando recibe al Señor Jesús como su Salvador. Ahora pensemos un poco en cuanto a las recompensas.
Las Recompensas se ganan.
¿Algun vez recibió usted una recompensa por hacer un buen trabajo? Quizá sus padres le dieron una recompensa por obtener buenas calificaciones en la escuela.
Dios les da recompensas a Sus hijos por las cosas buenas que hacen. Dios no les da recompensas a los incrédulos, sino sólo a Sus propios hijos.
Podremos entender mejor la salvación y las recompensas si consideramos dos diferencias muy grandes entre ellas:
La salvación es gratuita, pero las recompensas se ganan.
Tenemos la salvación ahora mismo, pero recibiremos las recompensas después—cuando lleguemos al cielo.
Usted comprende eso, ¿verdad? La salvación es un regalo gratuito que tenemos desde ahora. Las recompensas las debemos ganar y las recibiremos al llegar al cielo.
¿Cómo podemos ganar recompensas?
Podemos ganar recompensas al servir fielmente a Cristo. Los que han sido salvos pueden ganar maravillosas recompensas trabajando para el Señor.
La Biblia habla de algunas recompensas muy especiales para los que sirven al Señor Jesús. Se llaman “coronas”. Las coronas hablan de gloria—de reinar junto con el Señor Jesús.
Hay cinco hermosas coronas que recibirán los creyentes como recompensas:
¿Qué sucederá si no vivimos para el Señor?
Si vivimos para nosotros mismos y no servimos al Señor Jesús, no recibiremos recompensa alguna. Más bien, estaremos avergonzados al presentarnos delante del Señor.
Quizás usted se pregunte: “Deseo vivir una vida que agrade al Señor, pero ¿cómo puedo saber si debo o no hacer ciertas cosas?”
Debemos ver lo que Dios dice acerca de eso en la Biblia. Por ejemplo, Dios nos dice que no debemos maldecir, mentir, robar o tener un espíritu no-perdonador. Así que sabemos que no debemos hacer estas cosas.
¿Pero qué de las cosas que no están mencionadas en la Biblia? En ese caso, debemos preguntarnos: “¿Le gustaría a Jesús verme hacer esto?” Si usted cree que a Él no le gustaría que lo hiciera, entonces no lo haga.
¿Qué le sucederá al hijo de Dios que continúa haciendo las cosas que no agradan a Dios? Dios lo disciplinará. Un buen padre disciplina o corrige a su hijo cuando hace algo malo. ¿Disciplina Él a Su hijo porque lo odia o porque lo ama? Lo hace porque lo ama.
Nuestro Padre celestial es un buen Padre. El nos ama demasiado para permitir que continuemos siendo desobedientes, echando a perder nuestras vidas y trayendo vergüenza a Su Nombre. Dios nos habla en nuestros corazones cuando hacemos mal, pero si no lo escuchamos y no dejamos nuestra desobediencia, Él sin duda nos disciplinará.
¿Cómo nos disciplina Dios? Nos disciplina al permitir que tengamos problemas en nuestras vidas. Cuando nuestro Padre celestial nos discipline, recordemos que Él lo hace porque nos ama. La Biblia dice:
“Porque el Señor al que ama, disciplina” (Hebreos 12:6).
Los cristianos serán juzgados.
Estoy seguro que usted se ha dado cuenta de que es muy importante la manera en que usted vive su vida como cristiano.
La Biblia dice que un día nos presentaremos delante del Señor Jesús para ser juzgados. Cada creyente será juzgado por las cosas que haya hecho después de ser salvo, sean buenas o malas.
A este juicio se le llama el “Tribunal de Cristo”. La Biblia dice:
“Porque es necesario que todos nosotros [los creyentes] comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”
(2 Corintios 5:10).
(2 Corintios 5:10).
Este juicio no es para ver si iremos o no al cielo. Todos los que hayan recibido a Cristo como su Salvador irán al cielo. Este juicio es para recompensas.
Si hemos servido al Señor Jesús fielmente, será un tiempo de gran regocijo para nosotros porque recibiremos recompensas maravillosas.
Si hemos vivido para pasarla bien en este mundo en lugar de vivir para el Señor Jesús, estaremos avergonzados. Quizás algunos de nosotros desearemos poder vivir de nuevo nuestras vidas, pero eso no será posible. El tiempo para vivir para el Señor Jesús es ahora. El tiempo para servirle es ahora.
Sólo una vida, que pronto pasará,
Sólo lo que es para Cristo durará.
Sólo lo que es para Cristo durará.
¿Conoce usted a algunas personas que no conocen a Cristo como su Salvador? ¿Le gustaría ganarlas para Él? Entonces empiece a orar por esas personas. Dígales del Salvador.
Si usted las gana para Cristo, recibirá la Corona de gozo y usted brillará como las estrellas eternamente y para siempre. La Biblia dice:
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).
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