domingo, 16 de febrero de 2014

TEMA: COMO DISFRUTAR A DIOS

Un País que se llama El Cielo

Lección 15

¡Cómo Disfrutar a Dios!

Querido amigo(a):
Necesitamos ver la grandeza del amor de Dios y la grandeza de Su propósito para nosotros. Su propósito es tenernos delante de Él como Sus hijos en el lugar donde Él está. Jesús llamó el cielo la casa de Su Padre. Es allí donde Dios desea que estemos. Él desea que estemos con Él como Sus hijos en la “casa del Padre”.

La “Casa del Padre” será nuestro hogar por toda la eternidad.

Nuestro Señor Jesucristo sufrió y murió en la cruz, no sólo para salvarnos del infierno, sino para traernos a Dios. La Biblia dice:
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios”
(1 Pedro 3:18).
Vemos esto en el relato de la crucifixión del Señor. Los dos ladrones fueron crucificados con Él. Uno de los ladrones creyó en Jesús. Dijo:
“Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Jesús dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:42-43).
Ese hombre pasó del lugar más oscuro de sufrimiento al lugar más esplendoroso, santo y bendito de felicidad eterna y gozo con Cristo. Esta es la salvación que Cristo ha obtenido para cada creyente a través de Su muerte.

La “Casa del Padre” ahora es nuestro hogar.

Al leer la Biblia nos damos cuenta que cuando un cristiano muere, él va de inmediato a estar con Cristo. (Vea Filipenses 1:21-23.) Pero algunos no sabemos esta verdad hermosa: ¡Por la muerte de Cristo tenemos el derecho de vivir en la “casa del Padre” ahora! La Biblia dice:
“[Cristo] murió por nosotros para que ya sea que velemos [vivamos], o que durmamos [muramos], vivamos juntamente con él” (1 Tesalonicenses 5:10).
Cristo murió por nosotros, para que ya sea que vivamos o muramos podamos vivir“juntamente con él”. ¡Cómo nos consuela eso!
¿Dónde vive ahora Jesús? Está viviendo en la “casa del Padre”. El Señor Jesús te está diciendo que hay un lugar en la casa del Padre que es tuyo. Te pertenece. Te lo compró con Su propia sangre. Es la voluntad del Padre que tú vivas con Él en la casa del Padre, no sólo cuando mueras, ¡sino desde ahora!
En el presente, ¿qué es para mí la “casa del Padre”? Es vivir con Jesús en la presencia del Padre disfrutando de Su amor. Un día estaré de verdad en el cielo, ¡pero tengo el derecho y la habilidad de disfrutar la “casa del Padre” desde ahora!

La “planta alta” y la “planta baja”

Un cristiano es una persona que vive en dos mundos. En su cuerpo vive en este mundo, pero en su espíritu está unido a Cristo en el cielo. La Biblia dice que el cristiano ha muerto con Cristo, pero ha sido resucitado con Cristo y está sentado con Cristo en los lugares celestiales.
La “planta alta” está en la casa del Padre donde tengo todas las bendiciones espirituales.
Hay una “planta alta” y una “planta baja” en la vida del cristiano. La “planta alta” está en la casa del Padre donde tengo todas las bendiciones espirituales.
La “planta baja” está aquí en la tierra donde estoy viviendo ahora.
La “planta baja” está aquí en la tierra donde estoy viviendo ahora. ¿Qué tengo aquí ahora? Tengo al Espíritu Santo, el compañerismo del pueblo de Dios y las misericordias terrenales de Dios. También tengo muchas pruebas y problemas.
¿Qué desea el Señor que yo haga? Él desea que viva en la “planta alta” con Él en mi espíritu para que pueda servirle aquí. Debemos ser como un creyente que tenía su residencia y su negocio en el mismo edificio. Puso un letrero en su puerta:
Residencia - Negocio
¿Amamos suficiente al Señor para darle la espalda a los placeres pecaminosos de este mundo para que podamos vivir en “la planta alta” con Él? Una vez hubo un señor que se dedicaba a reparar zapatos. Él verdaderamente vivía en la “planta alta” con el Señor. Su esposa decía de él: “Vive en el cielo y ¡sólo baja a la tierra para remendar zapatos!”

¿Cómo puedo disfrutar de la “casa del Padre” desde ahora?

El Espíritu Santo es el que nos “lleva de la mano” para conducirnos a la “planta alta” a gozar de la “casa del Padre”. Él ha bajado del cielo para ayudarme a disfrutar todo lo que Cristo ha logrado para mí. Él está aquí para glorificar a Cristo y hacerlo real para mí.
Al pasar tiempo a solas con el Señor en el estudio de Su Palabra, el Espíritu Santo engrandece a Cristo y hace que sea todo para mí. A mí me toca creer. La Biblia dice:
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).

El Padre se goza cuando disfrutamos de Su casa ahora.

Es un día maravilloso para nosotros cuando vemos el lado divino de la salvación. Dios nos hace Sus hijos e hijas y nos lleva a Su casa, no sólo para nuestro gozo y felicidad, sino para la satisfacción de Su Propio corazón tan lleno de amor. Yo nunca podré ser realmente feliz al menos que esté donde el Padre desea que esté, y Él desea que esté en Su casa.
La historia del hijo pródigo nos muestra la gran salvación que tenemos en Cristo. Dios nos ha dado el lugar de hijos, ¡el lugar del hijo es en la casa del Padre! ¡Allí debemos estar! Dios desea que disfrutemos Su casa, Su presencia y Su banquete.
Cuando llegamos al final de la historia del hijo pródigo, ¿qué encontramos? Encontramos que el pródigo ha sido recibido y aceptado como hijo, ha sido hecho aceptable a su padre en todos los aspectos, y está sentado a la mesa de su padre, disfrutando del padre. La Biblia dice que se regocijaron.
La "casa del Padre" es nuestra porción espiritual desde ahora
¡Este es un cuadro de nuestra porción espiritual y nuestro lugar como hijos de Dios! Dios está haciendo todo esto para satisfacer Su gran corazón de amor por nosotros. Él se goza al tenernos en Su presencia, disfrutándolo a Él y disfrutando lo que Él ha provisto para nosotros. No he satisfecho el corazón de mi Padre hasta que esté en Su casa y lo esté disfrutando.

Pasos para disfrutar a Dios

Hay varias cosas prácticas que usted puede hacer para disfrutar más a Dios.
pasos para disfrutar a Dios

Piense correctamente en cuanto a usted mismo.

Dios se agrada cuando tomamos nuestra verdadera posición espiritual como el haber muerto con Cristo y el haber sido resucitado como una nueva persona en Cristo, habiendo ascendido con Él y estando sentados con Él a la diestra de Dios. Esto es locura para el hombre incrédulo del mundo, pero es la verdad de Dios para Sus hijos que han sido enseñados por el Espíritu.
El padre del hijo pródigo se agradó cuando su hijo aceptó el mejor vestido, el anillo y el calzado. Se agradó cuando su hijo se sentó a su mesa y disfrutó todo lo que su amor había provisto para él. Dios también se agrada cuando disfrutamos lo que Él ha provisto para nosotros.
pasos para disfrutar a Dios

Arregle cuentas con Dios.

Arregle cuentas con Dios
¿Hay algo en su vida que Dios trae a su mente una y otra vez? Quizá sea una relación equivocada o un asunto en el que usted está diciendo: “no” a Dios. Si usted no tiene descanso o gozo, debe estar aferrado a algo que Dios quiere que deje.
Debe enfrentar el hecho de que no disfrutará a Dios ni progresará en su vida cristiana hasta que le diga: “sí” a Dios en cuanto a ese asunto. ¿Por qué no hacerlo ahora?
Si honestamente no está dispuesto a hacer lo que Dios le está diciendo, por lo menos le puede decir: “Señor, no estoy dispuesto a hacer esto, pero estoy dispuesto a pedirte que me hagas que esté dispuesto”. Si usted es sincero, Dios empezará a cambiar su corazón.
pasos para disfrutar a Dios

Enfrente el pecado y la culpa.

No podemos disfrutar a Dios si estamos aferrados a algún pecado en nuestra vida. Dios nos ama, pero odia el pecado en la vida de un hijo Suyo. Sea cual sea ese pecado, esa cosa terrible que tanto desagrada a Dios, ¡déjelo! Si no lo deja, le robará su gozo.
Si usted ha pecado contra Dios, confiésele ese pecado y confíe que Él hará lo que ha dicho que hará. La Palabra de Dios dice:
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Para disfrutar a Dios, usted no sólo tiene que estar bien con Dios, sino que tiene que estar bien con las demás personas. El apóstol Pablo dijo:
“Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” (Hechos 24:16).
Si usted le ha hecho mal a alguien, acérquese a esa persona y arregle las cuentas. No ofrezca pretextos ni diga: “sé que hice mal, pero tú también hiciste mal”.
Confiese su parte plenamente. Diga algo como esto: “Dios me ha mostrado que hice mal al ________________ (nombre su pecado). ¿Me perdonarás por esto?” Si la persona acepta, usted puede preguntar: “¿Necesito arreglar algo más en cuanto a este asunto?” Enfrente el asunto de manera total. Termínelo de una vez.
Si ha robado algo o ha causado que alguien sufra una pérdida, usted debe intentar pagarlo. Arregle el asunto, y luego continúe. No siga culpándose una y otra vez por sus fracasos pasados.
pasos para disfrutar a Dios

Perdone a otros.

Es un grave pecado ante los ojos de Dios no perdonar, especialmente en la vida de un cristiano. (Vea Mateo 18:21-35.)
Dios nos ha perdonado en amor, y nos da el privilegio de perdonar a otros así como nos ha perdonado a nosotros.
pasos para disfrutar a Dios

Declare su fe al principio de cada día.

Uno de los cristianos más felices que he conocido jamás me dio este secreto. Me dijo que comenzaba cada día diciéndole algo parecido a esto al Señor:
“Señor Jesús, Tú moriste por mí, y en Tu muerte yo morí. Morí al pecado, a Satanás y al mundo. Fui sepultado contigo y resucité contigo como una nueva persona en Cristo. Ascendí contigo, y estoy sentado contigo en los lugares celestiales. Tú has enviado a Tu Espíritu Santo para vivir en mí y la vida que está en mí hoy es Tu vida resucitada. Por Tu gracia, me propongo vivir una vida, muerto al pecado, y vivo para Ti”.
Yo empiezo cada día con confianza de que Cristo vive en mí y que Él es suficiente para cualquier cosa que me pase hoy.
pasos para disfrutar a Dios

Asista fielmente a una iglesia que honre a Cristo y apoye a esa iglesia.

Es la voluntad de Dios que los creyentes se congreguen regularmente con otros creyentes para escuchar la predicación y enseñanza de la Palabra, para comunión y para oración
Es la voluntad de Dios que los creyentes se congreguen regularmente con otros creyentes para escuchar la predicación y enseñanza de la Palabra, para comunión y para oración.
Nada puede tomar el lugar de esto. La Biblia dice:
“Mantengamos firme sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió … no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:23, 25).
No se avergüence de Cristo. Confiese su fe en Él con sus palabras y sus acciones. Si no lo ha confesado al bautizarse en agua, hágalo cuanto antes.
pasos para disfrutar a Dios

Obedezca al Señor.

Decida que obedecerá al Señor sea cual sea el costo. ¡Empiece ahora mismo! Haga la próxima cosa que sabe que debe hacer. Los creyentes son obedientes. El Señor Jesús se manifiesta a Sí Mismo a los que le aman y le obedecen. (Vea Juan 14:21.)
pasos para disfrutar a Dios

Ponga su afecto en las cosas de arriba.

Ponga su afecto en las cosas de arriba
Si deseamos tener gozo, debemos saber donde buscarlo. Para nosotros, el verdadero gozo no se puede encontrar en este mundo. Nuestro gozo está donde está nuestro Salvador—al otro lado de la muerte. Nuestra vida, nuestro gozo, nuestro futuro y nuestras riquezas están en el Cristo glorificado y exaltado a la diestra de Dios. La Biblia dice:
“A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso” (1 Pedro 1:8).
La nueva vida que nos da Dios es la vida de resurrección. Si deseamos disfrutar esta vida, debemos poner nuestro amor y afecto en las cosas de Cristo. La Biblia dice:
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2).
pasos para disfrutar a Dios

Por encima de todo, ame a Cristo.

Jesucristo es el centro y la gloria del cielo.
Jesucristo es el centro y la gloria del cielo. Toda criatura en el cielo ama, adora y alaba a Cristo. Una de las pruebas de que hemos nacido en la familia de Dios es que amamos y apreciamos a Cristo.
Dios desea que Cristo sea todo para nosotros. Cuando nuestros ojos espirituales están abiertos para ver la grandeza de Cristo y empezamos a amarle con todo nuestro corazón, le damos placer al corazón de Dios. Jesús dijo:
“Pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios” (Juan 16:27).
Si realmente amamos a Cristo, lo podremos mostrar al desear conocer todo lo que se puede saber en cuanto a Él. Los creyentes no aman a Cristo mucho si desatienden sus Biblias y no pasan tiempo a solas con Él al estudiar Su Palabra y orar, o si no se congregan con el pueblo de Dios. Estas cosas son pruebas de nuestro amor por Cristo.
pasos para disfrutar a Dios

Aparte tiempo para estar con Dios todos los días.

Un tiempo devocional con Dios no es algo opcional. Es absolutamente esencial si usted desea disfrutar a Dios y desea que su vida cuente para Él. Un honrado siervo de Dios escribió:
“Una vida de victoria depende de tres cosas: del acto inicial, un propósito fijo y una costumbre diaria.
El acto inicial es rendirse al Señor Jesús como Amo. El propósito fijo es hacer lo que le agrada a Él, y sólo eso, en todo momento y en cada asunto, sean cuales sean las circunstancias. La costumbre diariaes pasar un tiempo devocional en oración, a solas con el Señor en Su Palabra.
“Después del acto inicial de rendirse, el secreto de un cristiano fuerte y gozoso es pasar tiempo a solas con Dios en Su Palabra”.(S. D. Gordon.)
¡Empiece a disfrutar a Dios y Su amor desde ahora! Dios le ama y lo acepta porque pertenece a Cristo. No hay nada que usted pueda hacer para que Dios le ame más de lo que le ama ahora mismo. Él le ama así como ama a Su Propio Hijo. (Vea Juan 17:23.)



TEMA; VICTORIA SOBRE LAS CIRCUNSTANCIAS

Un País que se llama El Cielo

Lección 14

Victoria sobre las Circunstancias

Querido amigo(a):
Como hijos de Dios, nuestro pasado ha sido perdonado y tenemos un futuro glorioso. Estamos camino a nuestro hogar celestial. ¿Pero qué sucede en el presente? ¿Es posible tener victoria sobre las circunstancias en esta vida? Sí, lo es.
El Apóstol Pablo dijo:
“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”
(2 Corintios 2:14).

Lo que debemos saber

La manera en que enfrentamos las pruebas en esta vida depende de lo que creemos y de la manera en que consideramos las cosas. Si vemos las cosas desde un punto de vista simplemente humano, estaremos desanimados y derrotados. La victoria viene cuando vemos las circunstancias desde la perspectiva de Dios.
Para ver las cosas desde el punto de vista de Dios, hay ciertas cosas que debemos saber.

• Debemos saber qué esperar en esta vida.

Los problemas son parte de la vida
Los problemas son parte de la vida. La Biblia dice: “El hombre nace para la aflicción” (Job 5:7). Algunas veces los cristianos esperan que Dios los guarde de problemas y dificultades y sufrimiento, pero Dios no ha prometido hacer eso. Los cristianos, así como los incrédulos, experimentan pruebas, problemas y sufrimiento.
Hay una enseñanza falsa en la actualidad que dice: “Si usted sigue a Jesucristo, todos sus problemas se acabarán”. Algunas veces se le dice al pueblo de Dios: “Dios los cuidará de la enfermedad y hará que tengan éxito si ustedes ponen su fe en las promesas correctas y las reclaman”. Pero Dios no promete esto en la Biblia. Jesús dijo:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Los cristianos no se deben sorprender cuando los sufrimientos y los problemas llegan a sus vidas. Somos parte de una raza pecadora que está bajo el juicio de Dios. Vivimos en un mundo que ha rechazado al Hijo de Dios y por lo tanto ha rechazado a Dios. La Biblia dice: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22b).
Muchas veces sufrimos y estamos en circunstancias difíciles a causa de nuestra propia voluntad y desobediencia. Entonces Dios nos disciplina. Nos corrige en amor. “Porque el Señor al que ama, disciplina” (Hebreos 12:6).
Necesitamos ver la mano de Dios y el amor de Dios en la disciplina. Cuando somos corregidos por Dios en amor, lo mejor que podemos hacer es estar de acuerdo con Dios y decirle que al corregirnos está haciendo lo bueno. Eso fue lo que hizo David cuando fue disciplinado por Dios. Dijo:
“Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste” (Salmo 119:75).

• Debemos saber que Dios nos ama y desea sólo lo que es mejor para nosotros.

sino que lo entregó por todos nosotros
La Biblia dice que Dios nos ama así como ama a Su Propio Hijo. La gran prueba de esto es que dio a Su Hijo para morir por nosotros. No puede haber mayor amor que este. La Biblia dice:
“El que no escatimó [libró] ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
Puesto que nos ama tanto, Dios siempre desea lo que es mejor para nosotros. Siempre busca nuestro mejor beneficio, aún cuando nosotros estaríamos contentos con algo menor. Dios está pensando en nuestras recompensas eternas, no sólo en las cosas de esta vida.

• Debemos conocer la meta de Dios
para nosotros en este tiempo.

Su meta para nosotros es hacernos como Jesús
La meta de Dios para nosotros no es que tengamos felicidad y éxito en esta vida. Su meta para nosotros es hacernos como Jesús. La Biblia dice:
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).
¿Cómo es que Dios nos “conforma” a la imagen de Su Hijo? Lo hace a través de las circunstancias difíciles y la disciplina del Espíritu Santo. No hay otro camino. Esto incluye las pruebas, los problemas y el sufrimiento. Por lo tanto, debemos esperar estas cosas porque son necesarias para que Dios nos haga como Cristo.

Pasos hacia la victoria

Para poder disfrutar nuestra vida cristiana y gozar todo lo que Dios tiene para nosotros, hay unos pasos definidos que debemos tomar:
1

Crea que Dios es soberano.

Cuando decimos que Dios es soberano, esto significa que Dios gobierna sobre todas las cosas en este mundo y en el universo
Cuando decimos que Dios es soberano, esto significa que Dios gobierna sobre todas las cosas en este mundo y en el universo. Tiene todo poder en el cielo y en la tierra. No hay nada que pueda impedir que Dios haga lo que decide hacer. La Biblia dice:
“Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35).
Dios es el Creador del universo. Él tiene el derecho, la sabiduría y el poder para hacer lo que desea. La Biblia dice:
“Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho” (Salmo 115:3).
Dios hace que todo le sirva a Él y cumpla Sus propósitos. David dijo: “Pues todas ellas le sirven” (Salmo 119:91b).

David reconocía esta gran verdad:todas las cosas son siervas de Dios y por lo tanto tienen que hacer Su voluntad. Incluso la naturaleza feroz y cruel—las tormentas, los terremotos, las sequías—sirven a Dios y cumplen Sus propósitos. Esto es cierto, no sólo en cuanto a la naturaleza, sino también cuanto a los hombres, los reyes y las naciones. Todos están bajo el control de Dios. La Biblia dice:
“Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina” (Proverbios 21:1).
Aun Satanás y los que le sirven son utilizados por Dios para lograr Su voluntad. Fue Satanás que incitó a hombres malvados a crucificar al Hijo de Dios; y no obstante, Satanás y sus seguidores malignos fueron utilizados por Dios como Sus “siervos” para hacer Su voluntad perfecta para la salvación de los hombres. La Biblia dice:
“Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron. . . [los gentiles y el pueblo de Israel] para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” (Hechos 4:26-28).
Todo lo que sucede en el universo está bajo la dirección y supervisión cuidadosa de Dios. ¿Conoce Dios nuestras circunstancias? Sí, las conoce. Jesús dijo que incluso los cabellos de nuestras cabezas están enumeradas.
2

Crea que el camino de Dios siempre es perfecto.

Hay muchos misterios en esta vida que no podemos explicar. Los cristianos sufren las mismas tragedias y tristezas que otras personas. En tiempos de gran sufrimiento, necesitamos escuchar que Dios dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10a).
La voluntad de Dios llega a nosotros de dos maneras— Su voluntad directa y Su voluntad permitida.
La voluntad de Dios llega a nosotros de dos maneras— Su voluntad directa y Su voluntad permitida. La voluntad directa de Dios es lo que Él desea que suceda. La voluntad permitida de Dios es lo que Él permite que suceda. Absolutamente nada le puede suceder al hijo de Dios aparte de la voluntad de Dios—ya sea Su voluntad directa o Su voluntad permitida.
Es muy difícil para nosotros comprender muchas cosas porque las estamos viendo desde nuestra perspectiva terrenal y no desde la perspectiva de Dios. Pero Dios no se equivoca. No importa cómo se ven las cosas en este mundo, todas las acciones de Dios son perfectas. No es posible mejorar Sus caminos. La Biblia dice:
“En cuanto a Dios, perfecto es su camino” (Salmo 18:30).
En una ocasión un hombre hizo un reloj enorme y se lo mostró a una persona que nunca había visto la maquinaria de un reloj.
El que había hecho el reloj, le mostró la maquinaria del reloj a aquel hombre y le preguntó qué pensaba del que lo había hecho.
El que había hecho el reloj, le mostró la maquinaria del reloj a aquel hombre y le preguntó qué pensaba del que lo había hecho.
El hombre observó unos engranajes grandes y otros chicos, algunos giraban en una dirección y otros en otra, unos daban vueltas rápidamente, otros lentamente. Al observar esta aparente confusión, el hombre contestó: “Creo que el hombre que hizo esta maquinaria está loco”.
Entonces el que había hecho el reloj le mostró a su amigo la cara del reloj y le preguntó qué pensaba del que lo había hecho.
Entonces el que había hecho el reloj le mostró a su amigo la cara del reloj y le preguntó qué pensaba del que lo había hecho. El hombre miró las dos manecillas del reloj que caminaban de manera regular, cada una en su propio círculo, y cada una indicando perfecta-mente la hora del día, y respondió: “Creo que la persona que hizo este reloj es la persona más sabia que jamás haya vivido”.
El plan perfecto de Dios
Esta historia nos ayuda a comprender una gran verdad referente a la vida. Estamos del lado terrenal, y vemos sólo nuestro lado de lo que Dios está haciendo, y por eso no podemos ver Su diseño y plan perfecto. Los “engranajes” del reloj parecen estar marchando de manera desordenada, y algunas veces parece que no tienen ni propósito ni diseño.
Pero un día veremos el lado “celestial” de las acciones de Dios. Veremos Su diseño y plan perfectos para nuestras vidas, y diremos: “Señor, Te adoro y Te doy las gracias. Tu camino en verdad es perfecto”.
3

Crea que Dios es bueno.

Cuando las pruebas y las dificultades nos llegan, a Satanás le gusta poner malos pensamientos en nuestras mentes. Quizá sugiera algo como esto: “Si Dios es bueno, no te ama. Y si te ama, no es bueno. ¿Cómo podría un Dios bueno permitir que esto te suceda?”
Si aceptamos los malos pensamientos de Satanás, nos harán tener lástima por nosotros mismos, y producirán depresión. La verdad es que Dios nos ama y que Él es bueno, no importa cuáles sean nuestras circunstancias. La Biblia dice:
“Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia” (Salmo 106:1).
4

Rinda su voluntad a Dios.

Rinda su voluntad a Dios
Hay algo dentro de nosotros que decide todo y controla todo. ¿Qué es? Es nuestra voluntad.
¿Qué significa rendir nuestra voluntad a Dios? Significa escoger la voluntad de Dios en todas las cosas y en todo momento. Esto permite que Dios obre Su plan perfecto en nuestra vida. Un gran cristiano dijo una vez:“Nuestra voluntad es nuestra para hacerla de Dios”.
5

Crea que todas las cosas ayudan a bien para los que aman a Dios.

Nada que entra en la vida de un hijo de Dios es accidental. Todo lo que nos pasa es por orden de Dios o permitido por Él. Si verdaderamente amamos a Dios, todas las cosas ayudarán para nuestro bien eterno. La Biblia dice:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).
Quizás no podamos ver cómo todas las cosas están ayudando para nuestro bien, pero podemos saber que es así, porque Dios lo ha dicho.
La razón por la que todas las cosas ayudan a bien para los que aman a Dios es que Dios es soberano. Todas las cosas sirven a Dios, y Él hace que ayuden para el bien de los hijos que le aman.
Siendo esclavo en Egipto, José sufrió terriblemente.
Tome por ejemplo a José. El fue el penúltimo de los doce hijos de Jacob. Era un joven piadoso cuyo padre lo amaba de manera especial. Pero sus hermanos mayores le tenían envidia y lo odiaban. Lo vendieron como esclavo a Egipto y le dijeron a su padre que sin duda un animal salvaje lo había matado.
Siendo esclavo en Egipto, José sufrió terriblemente. Fue acusado falsamente por la esposa de su amo y pasó dos años encarcelado por algo que no había hecho.
¿Había olvidado Dios a José? No, de ninguna manera. Con el tiempo, José fue honrado por el Faraón y puesto a cargo de todo lo que había en Egipto. Después, cuando hubo una gran hambre, José estaba en una posición para salvar a sus hermanos y a sus familias. Los llevó a Egipto y cuidó de ellos.
Todo lo que Dios permite que llegue a mí será para mi bien cuando me suceda. Pocas cosas podrían ser peores que las que los hermanos de José le hicieron a él. Odiarlo y venderlo como esclavo fueron pecados terribles. Ellos lo hicieron con la intención de hacerle un mal, pero Dios lo permitió, y cuando sus acciones tocaron la vida de José, eran la voluntad de Dios para él.
Aunque José no podía entender eso en ese tiempo, resultó ser la bendición más grande de toda su vida. Con el tiempo José vio la mano de Dios en todo el asunto. Perdonó libremente a sus hermanos y les dijo: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Génesis 50:20).
La soberania de Dios

El Secreto del cristiano para una vida de gozo

Cuando Jesús vivió aquí como Hombre, sufrió dificultades, pruebas y dolor; sin embargo fue una de las personas más gozosas que jamás haya vivido. ¿Cuál fue su secreto? Fue doble: Confió en Su Padre y aceptó con gratitud Sus circunstancias, sabiendo que eran la voluntad de Su Padre para Él. Yo también puedo tener gozo y descanso al hacer estas dos cosas:
1

Confiar en mi Padre

Confiar en Dios significa mirar más allá de mis circunstancias y ver a Dios
Confiar en Dios significa mirar más allá de mis circunstancias y ver a Dios. Nada sucede aparte de Él. Él es absolutamente supremo. No hay causas secundarias en la vida de un hijo de Dios.
Mi trato es directamente con Dios, y no con mi trabajo, las personas o las cosas. Todo lo que me afecta llega a través de mi Padre. Creo en Su Palabra—Dios hace que todo ayude para bien a los que le aman.
El testimonio de Jesús en los Evangelios es que tenía un Padre celestial que siempre estaba con Él. En una ocasión Jesús y Sus discípulos estaban en un pequeño bote cuando una tormenta violenta los azotó. Los discípulos temían por sus vidas, pero Jesús estaba tranquilamente durmiendo en el barco. Tenía un Padre en el cielo y confiaba en Su Padre. Yo también tengo un Padre en el cielo y puedo confiar en Él en las “tormentas de la vida”.
2

Aceptar con gratitud mis circunstancias como la voluntad del Padre para mí

Juan el Bautista dudó del Señor Jesús; Su propio pueblo rechazó a Jesús; los líderes religiosos blasfemaron contra Jesús. Pero no se preocupó ni se enojó. Él daba gracias al Dios de los cielos y de la tierra.
¿Cómo pudo nuestro Señor dar gracias al Padre bajo circunstancias tan difíciles? Él vio todas las circunstancias como la voluntad del Padre para Él. Dijo: “Sí, Padre, porque así te agradó”(Mateo 11:26).
Aun al enfrentar la muerte en la cruz, el Señor Jesús no miró a los hombres malos que lo odiaban y que tenían intenciones de matarlo. Ni siquiera miró a Satanás que estaba detrás de todo. Más bien, dijo: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” (Juan 18:11b).
Si yo deseo conocer el gozo y el descanso, no debo murmurar ni quejarme, sino decirle a mi Padre: “Padre, gracias porque sé que has permitido que esto venga a mí porque es Tu voluntad, y Tu voluntad es buena”.
El secreto de una vida de gozo es ver a Dios en todas nuestras circunstancias.



TEMA: SOY HIJO DE DIOS

Un País que se llama El Cielo

Lección 13

¡Soy Hijo de Dios!

Querido amigo(a):
La posición de un bebé no depende de él mismo; depende de la familia en la que nace.
El primogénito en la familia de un gran rey es el heredero de la corona
El primogénito en la familia de un gran rey es el heredero de la corona. Al nacer, llega a ser el heredero de las riquezas y la gloria del mismo rey. Como un pequeño bebé, no tiene idea de la riqueza y posición que le pertenecen. Sin embargo, todo eso le pertenece, y un día heredará todo lo que tiene el rey.
Es igual con el creyente. En el momento en que confía en Cristo como su Salvador nace en la familia de Dios. Como un pequeño bebé en Cristo, no tiene idea de la riqueza y posición que le pertenecen. Sin embargo, todo le pertenece y un día lo heredará. Los creyentes son hijos e hijas del Dios viviente. La Palabra de Dios dice:“…todo es vues-tro” (1 Corintios 3:21).

La gran salvación de Dios

No somos salvos por lo que hacemos para Dios sino por lo que Dios ha hecho por nosotros a través de la Persona de Su Hijo. Veamos las cosas maravillosas que Él ha hecho por nosotros.
1

Todos mis pecados son perdonados.

El que tomó todos nuestros pecados sobre Sí Mismo ahora está sentado a la diestra de Dios. Siendo esto verdad, ¿dónde están mis pecados? Han sido quitados—para siempre.
2

Soy una nueva persona en el reino.

Cristo no sólo ha quitado mis pecados, sino que ha quitado al pecador. Mi vida vieja terminó con mi muerte con Cristo. Yo fui sepultado con Él y resucité con Él como una nueva persona en un nuevo reino—El reino del amado Hijo de Dios.
Crucificado, Sepultado, Sentado con Cristo
3

Estoy sentado en los lugares celestiales con Cristo.

Dios me puso en Cristo y todo lo que le sucedió a Él también me sucedió a mí porque estoy en Cristo. Cuando Él murió, yo morí con Él; cuando Él fue sepultado yo fui sepultado con Él; y cuando Él resucitó de la tumba, yo resucité con Él como una nueva persona en Cristo.
Pero eso no es todo. Cuando Cristo ascendió al cielo, yo ascendí al cielo con Él. Cuando Él se sentó a la diestra de Dios, yo me senté con Él. Esa es mi nueva posición espiritual. Así me ve Dios.
¿Por qué hace Dios todas estas cosas maravillosas para nosotros? ¡Las hace porque nos ama! La Biblia dice:
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 2:4-6).
4

Soy perfectamente justo a los ojos de Dios.

El hijo pródigo no se ganó “el mejor vestido”, tampoco lo pagó. Ese vestido se lo dio su padre.
Dios me da justicia perfecta en el momento en que recibo a Cristo como mi Salvador. Nunca puedo perder Su justicia porque no es una “cosa”—¡es una Persona! Dios me da a Cristo como mi justicia perfecta y nada me puede separar de Él.
5

Cristo vive en mí.

Puesto que estoy en Cristo, soy aceptado por Dios en el cielo. Puesto que Cristo vive en mí, tengo el poder para vivir por Cristo aquí en la tierra. Es un hermoso día cuando usted puede decir: “Con Cristo he sido crucificado, ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí”.
En Adan, en Cristo

El don de ser hijo

El gran propósito de Dios es que podamos ser santos y sin mancha delante de Él como Sus hijos e hijas. Dios está haciendo esto, no sólo para nuestra felicidad, sino también para Su Propio placer y satisfacción.
Sería un gran honor estar con Dios como Sus siervos. Podríamos estar satisfechos y felices como siervos de Dios para siempre, pero eso no satisfacería el gran amor de Dios para con nosotros. ¡Él desea tenernos en Su presencia como Sus hijos! La Biblia dice:
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gálatas 4:4-5).

El hijo pródigo

Hemos visto cómo el padre del hijo pródigo proveyó “el mejor vestido” para que su hijo pudiera estar consciente de que era aceptable para estar en la presencia de su padre.
Pero el padre proveyó dos cosas más para su hijo—un anillo y calzado. Les dijo a sus siervos:
“Poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies”. Veamos qué significan estas cosas.

“El anillo”

El anillo
En la Biblia un anillo significa honor y autoridad. Cuando un rey le daba su anillo a alguien, le estaba diciendo: “Te estoy honrando al permitir que me representes”.
Dios nos ha escogido para ser los representantes de Cristo en este mundo. Piensen en el gran honor que Dios ha puesto en nosotros—¡ser escogidos por Dios para representar a Cristo! La Biblia dice:
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo” (2 Corintios 5:20).

“El calzado”

El calzado
¿Cuál es el significado de “calzado”? El calzado muestra que la persona es un hijo. En los tiempos bíblicos, los siervos no usaban calzado dentro de la casa; andaban descalzos. Sólo los hijos utilizaban calzado dentro de la casa.
¿Qué le estaba diciendo el padre a su hijo? Le estaba diciendo: “Tú debes estar conmigo, no como siervo, sino como mi hijo. Deseo que siempre recuerdes que eres mi hijo y que me gozo en ti”.
El vestido, el anillo y el calzado hicieron que el hijo estuviera consciente de que su Padre le amaba y se gozaba en Él.
El vestido, el anillo y el calzado hicieron que el hijo estuviera consciente de que su Padre le amaba y se gozaba en Él.
Si usted le hubiera preguntado: “¿Bajo qué condiciones te recibió tu padre cuando regresaste?” Él hubiera contestado: “Me recibió de la mejor manera posible. Mi padre se goza en mí y yo me gozo en él. Nunca me había dado cuenta cuánto me amaba”.
El padre del hijo pródigo se gozaba en su hijo. Hizo todas esas cosas maravillosas, no sólo para que su hijo fuera feliz, sino también para su propio placer y satisfacción.
¿Qué le está diciendo Dios a usted por medio de esto? Está diciendo que quiere que usted esté con Él como Su hijo. Quiere que recuerde siempre que es Su hijo, y que le ama y que se goza en usted.

Dios nos ha reconciliado a Sí Mismo.

Ser “reconciliado con Dios” significa que hemos sido hechos aceptables a Dios. A través de la obra de Cristo, Dios nos ha hecho aceptables para estar en Su presencia.
¿Por qué tiene tanta gracia Dios con nosotros? ¿Por qué nos da “el mejor vestido” y “el anillo” y“el calzado”? Lo hace por causa de Cristo. La Biblia dice:
“Siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” (Romanos 5:10).
Querido amigo, ¿se ha dado cuenta usted de que como está en Cristo, ha sido reconciliado con Dios? Dios le ha hecho a usted aceptable para Sí Mismo. ¿Sabe usted que Dios ahora se goza en usted así como en Su Hijo?
Toma mucho tiempo comprender que Dios hace todas estas cosas maravillosas para nosotros, no sólo para nuestra felicidad, sino también para Su Propio placer. A Dios le agrada tenernos delante de Él como Sus hijos. Ninguna otra cosa satisfacería el corazón de amor tan grande de Dios que tengamos el lugar de hijos delante de Él. La Biblia dice:
“Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).
¿Comprende usted lo que significa ser hijo de Dios? Es ser objeto del amor y el gozo de Dios.
Yo podría pensar: “Pero sólo soy una pobre persona débil. No siento que soy hijo de Dios”.
Sí, es posible que yo me sienta así algunas veces, pero los sentimientos no son verdades. ¿Cuál es la verdad en cuanto a mi posición delante de Dios? La verdad es que soy hijo de Dios, y soy objeto del amor y el gozo de Dios. La Biblia dice:
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es”(1 Juan 3:2).
¡Somos los hijos de Dios—desde ahora! No sabemos exactamente cómo será nuestra gloria en el mundo venidero, pero la Biblia dice: “Amados, ahora somos hijos de Dios”.
Lo que soy en la presencia de Dios es mi verdadera posición y dignidad espiritual. Cuando se me olvida esto, estoy entristeciendo al Espíritu Santo.

Dios nos da al Espíritu de Cristo para que podamos vivir como Sus hijos.

Dios nos da al Espíritu de Cristo para que podamos vivir como Sus hijos
Si un gran rey me diera un título de realeza y me diera una gran hacienda junto con el título, ¿de qué me serviría si no tuviera los medios para mantener la hacienda?
Dios me enseña que me ha hecho Su hijo, y ha decidido darme el poder para vivir como Su hijo. Me está dando el Espíritu de Su Hijo para que viva en mí y pueda ser libre de los pecados y costumbres que me hacen caer. La Biblia dice:
“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).

Estamos aquí para representar
a Cristo.

Como hijos de Dios, debemos representar al Señor Jesucristo aquí en la tierra donde Él es rechazado. Nuestra responsabilidad principal es mostrar en la tierra las hermosuras del Cristo celestial. La Biblia dice:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).
¡Piense en el honor y la dignidad de ser hijo de Dios! Si nos diéramos cuenta de quiénes somos, nunca querríamos hacer algo malo o que no sea digno de Dios. La Biblia dice:
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:14-15).
En todo lo que hacemos tenemos la oportunidad de glorificar a Dios. La Biblia dice:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).

Cómo debemos vivir

Este mundo no es nuestro hogar, sólo estamos de paso. En cualquier momento, el Señor Jesús podría venir con gran poder y gloria para llevarnos a estar con Él. Estamos como representantes de Cristo ahora en este lugar donde Él fue rechazado, pero un día estaremos con Él donde Él está.
La Biblia nos dice cómo debemos vivir mientras estamos esperando el regreso del Señor Jesús. La Palabra de Dios dice:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:11-13).
La gracia de Dios no sólo trae salvación, sino que también nos enseña cómo debemos vivir en este mundo.

• Debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos.

El mundo, con su orgullo, riquezas, lujuria y atracciones tiene completamente en sus manos a la humanidad, pero el creyente le da la espalda a todo esto. Las atracciones del mundo pierden su poder sobre el hombre que continuamente está esperando que su Salvador aparezca en un momento para llevárselo a Su gloria en el cielo.

• Debemos vivir sobriamente.

Vivir sobriamente significa vivir con humildad y prudencia. El orgullo es la raíz de muchos problemas en este mundo. Dios odia el orgullo. Pedro dijo:
“Y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5b).

• Debemos vivir justamente.

Vivir justamente significa vivir de manera justa delante de Dios y de los demás. Las personas del mundo que no son salvas no leen la Biblia; nos “leen” a nosotros los cristianos. No tienen un buen concepto de los cristianos que no pagan sus deudas y no tratan de corregir sus errores.
Somos la unica Biblia que leerá el mundo descuidado.

• Debemos vivir esperando el regreso del Cristo.

El Señor Jesús regresará por los creyentes, ¡y regresará muy pronto! ¿Cuándo regresará? Nadie sabe el tiempo exacto en que Cristo regresará, pero debemos estar listos en todo momento para Su venida. La Biblia dice:
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”
(Mateo 24:42).