Ella, triste:“Me gustaría que me regalaras flores”.
Él, al día siguiente: “Mi amor, te traje flores”.
Ella, enojada: “Ahora no las quiero, no fuiste espontáneo”.
1. Estrategias de un Manipulador.
- ¿Te sentiste alguna vez obligado a dar información sobre asuntos privados a quien no tenías intención de contarle nada?
- ¿Te pasaron por alto, te atropellaron o te quitaron algo propio de una forma tan sutil que sentiste temor de confrontar con quien lo hizo?
- ¿Te está costando dar tu punto de vista y admitir que quieres cosas diferentes a las que te proponen?
- ¿Sueles dejar tus deseos de lado para atender los anhelos o necesidades de otras personas?
- ¿Sientes que quieren aislarte de la gente en quién más confiaste toda tu vida?
- ¿Limitan, intencionadamente, tu acceso a cursos, promociones o ascensos en el trabajo?
- ¿Sientes que últimamente estás tomando decisiones que van en contra de tus valores o que haces cosas que normalmente no harías?
Si respondiste a más de una pregunta con un “sí”, déjame decirte que puedes estar siendo víctima de manipulación y probablemente has sido engañado.
Cuando hablamos de engaño, no estamos hablando sólo de una equivocación de nuestra parte; todos nos equivocamos. Todos podemos “meter la pata”. Pero con el engaño es distinto: el que te engañó, lo hizo con la intención deliberada de dañarte. Se metió en tu mente, te sedujo y te utilizó.
Por lo general, los manipuladores estudian a las personas en busca de su vulnerabilidad, de su debilidad. Ellos suelen tener como objetivo a la gente codependiente, crédula, gente con complejo de salvador o llena de culpa. Buscan personas que superponen la amabilidad a su propia dignidad, gente a la que le cuesta decir “no” y que teme a la confrontación. Debemos recordar que el único objetivo del manipulador es la destrucción y, para obtenerla, aplicará distintas técnicas:
Acoso moral: se da cuando el manipulador te grita o insulta, a solas o en grupo, asignándote tareas imposibles de lograr, atacando o descalificando lo que haces o dices.
Maltrato verbal: es el que ejerce mediante amenazas o calumnias, destruyendo tu reputación, aislándote de otras personas, presionándote para que cambies de horarios, sueldos o tareas, atacando tu religión o tus convicciones, poniéndote gente en contra o difundiendo chismes acerca de ti.
El acoso es utilizado como un bombardeo psicológico que produce el exterminio emocional. Esto sucede durante un tiempo prolongado mientras el manipulador degrada y maltrata a su víctima sistemáticamente a fin de anularla como persona.
El manipulador trabajará adormeciendo a su víctima, quien recién se dará cuenta de que es manipulada al año o año y medio de padecerlo. El manipulador vendrá primero con palabras seductoras o de reconocimiento, pero lentamente irá introduciendo su descalificación, gritos e insultos. Cuando sea tu turno, te hará sentir permanentemente en riesgo de que si te equivocas de alguna forma, vas a perderlo. Si eres su víctima, probablemente comenzarás a alejarte de todos tus afectos porque tendrás una idea fija en su mente: obtener la aprobación y no perder al manipulador en cuestión.
Al principio, la víctima justifica su accionar y pasa por alto las agresiones.
Primero se pregunta:
- ¿Por qué me pasa esto a mí?
- ¿Qué es lo que hice mal?
Y luego minimiza la situación pensando cosas como: “Bueno, no es nada, en realidad estaba muy enojado y lo dijo porque tuvo un mal día, por eso me trató así”.
Suele sentirse confundido interiormente, con inmensos sentimientos de culpa y vergüenza. El problema es que cuantos mayores sentimientos de culpas y vergüenza sienta, mayor será el poder que el manipulador tendrá sobre su vida.
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